A mediados del siglo XVIII, los naturalistas europeos se enfrentaban a un terrible problema de clasificación de las especies animales y botánicas. El problema no radicaba en el inmenso número de especies, en las complejidades de su estudio detallado o en lo costoso de adquirir el material y preservarlo, sino en algo que a priori podría parecer mucho más sencillo: la forma de nombrar las especies. Desde los orígenes de la lengua, los humanos hemos colocado nombres a los animales y plantas que nos rodean, pero se trataba de nombres regionales, que tendían a generar terribles casos de sinonimia y que hasta a veces se utilizaban para denominar a especies diferentes.
Para simplificar los nombres de cada especie, evitar los problemas de sinonimia y permitir que todos los científicos supieran exactamente a qué especie se hacía referencia al nombrar un animal o una planta, se creó el sistema de nombres científicos, un sistema de nombres en latín que identifican a cada una de las especies reconocidas y que tienen validez en cada país de Europa, América y el resto de las naciones del mundo, incluida China. Sin embargo, esto planteó un serio problema para muchas culturas, incluida la china. Al tratarse de un sistema europeo, se adoptó el latín como lengua unificadora, por ser madre de la mayoría de las lenguas del continente, pero para países como China, el sistema está tan alejado de su lengua y sistema de escritura que supone casi una barrera para la comunicación. En la búsqueda de la uniformidad científica y la solución pragmática de problemas, los científicos chinos trabajaron durante décadas en una solución.
El sistema binomial europeo
El naturalista sueco Linneo (1707-1778 e.c.) propuso el primer sistema unificado de nombres para las especies: el sistema binomial. Según este sistema, independientemente de los nombres con los que se conozca a una especie natural determinada, tras la identificación de sus caracteres únicos, se le debe conceder un nombre científico conformado por dos partes. La primera se conoce como el género de la especie y es la que lo agrupa con otros miembros similares. La segunda parte es conocida como el epíteto específico y define única y exclusivamente a la especie particular que se ha nombrado. Por ejemplo, para nombrar a los seres humanos, se escogió el nombre Homo sapiens, siendo Homo el género y sapiens el epíteto específico. De esta forma, así como existimos los Homo sapiens, hay otras especies cercanamente emparentadas a nosotros que comparten el mismo género, como pueden ser Homo habilis, Homo erectus u Homo neanderthalensis, por nombrar algunas de las más famosas.
El sistema binomial propuesto por Linneo debe estar conformado por palabras provenientes del latín, de raíz grecolatina o latinizadas para poder utilizarse. Este es un sistema muy práctico en las lenguas estrechamente relacionadas con el latín como lo puede ser el español, ya que no solo utilizamos las mismas letras, sino que en muchos casos es muy sencillo comprender la raíz del nombre científico, ya que en nuestro idioma contamos con palabras con la misma raíz. Así es fácil notar que Homo habilis fue nombrado por su habilidad en la construcción de herramientas, Homo erectus por su postura erecta y Homo neanderthalensis por haber sido descubierto en el valle de Neander en Alemania. No obstante, todas estas facilidades se pierden en el chino, y se suma la complejidad de tener que adoptar un sistema de escritura completamente ajeno y diferente.
Un debate científico
Para solucionar el problema, una opción podría haber consistido en crear un sistema en chino paralelo que permitiera nombrar a todas las especies. Empero, por más interesante que esta aproximación pudiera parecer, en realidad es un terrible dolor de cabeza al que nadie querría tener que enfrentarse. Por un lado, el número de especies, no solo de animales y plantas, sino también de otros reinos, como el Fungi (hongos), Achaea (procariotas unicelulares), Bacteria, Protozoa (protistas heterótrofos) y Chromista (algas), que son en la actualidad más de 2 millones de especies, resulta casi inabarcable. Por el otro, se siguen descubriendo y nombrando nuevas especies, tanto actuales como extintas que engrosan las listas año a año. Por lo tanto, se trata de una ardua e infinita tarea de nombrar especies ya nombradas.
Por si esto fuera poco, la esencia del sistema de nombres científicos es la de permitir la libre comunicación entre profesionales, sin las barreras idiomáticas y culturales. De esta forma, la especie Canis lupus, identifica al conjunto de los perros en Suecia, México, Argentina, Brasil, China y el resto de los países, independientemente de nuestras diferencias culturales e idiomáticas. Esta es una herramienta muy poderosa ya que, al hablar sobre una especie, diferentes investigadores no tienen el inconveniente de encontrar barreras idiomáticas, como podría pasar si un científico mexicano los llama “chuchos”, uno argentino “pichichos”, uno brasilero cão y uno chino 狗 gǒu.
Este problema llevó a un debate en la comunidad científica china que comenzó cuando llegaron los primeros textos de naturalistas europeos proponiendo este sistema en el siglo XVIII y continuó hasta la década de 1950.
Una solución interesante
En la década de 1950, la nueva Academia China de Ciencias se lanzó a la tarea titánica de identificación de especies actuales y fósiles del territorio nacional (1). Durante el siglo anterior, el país había estado sumido en constantes guerras que habían impedido grandes proyectos científicos nacionales, como la identificación de las especies que pueden encontrarse fronteras adentro. Esta era una tarea fundamental para identificar posibles recursos explotables, como podrían ser especies animales o algas que habitan la plataforma continental china o para preservar especies en peligro y mantener un medioambiente sustentable.
La primera parte del proyecto consistió en realizar un compendio de las especies que habían sido identificadas y nombradas con el sistema binomial de Linneo por investigadores extranjeros y chinos, adjuntando una descripción en chino de sus características diagnósticas (las que definen a esa especie en particular).
La tarea de nombrar especies no es propia de Europa: en la mayoría de las culturas se han realizado trabajos de sistematización de las especies de forma más o menos científica. En el caso de China, hay incluso antiguos tratados de identificación y nombramiento de especies. Por lo tanto, se visitaron estos antiguos textos para escoger un nombre científico en chino para las especies regionales. Dependiendo de la época y la región del país se colocaron diferentes nombres, por lo que se realizó un trabajo de elección de un nombre apropiado, teniendo en cuenta si ya había un nombre utilizado normalmente para definir a la especie o cuál era la referencia más antigua detallada de esa especie. Esta elección de nombre no era tan arbitraria como en el pasado. Por ejemplo, tal vez varias especies estrechamente relacionadas tenían nombres diferentes, por lo que se escogió un nombre chino que fungiera de género y luego se colocó un epíteto específico para separar cada especie. Así, a las urracas, unas aves del género Pica muy común en toda Eurasia, se las denominó 喜鹊 Xǐquè, mientras que a cada especie se le colocó un epíteto específico como 欧亚喜鹊 ōuyà Xǐquè para la especie Pica pica, 青藏喜鹊 qīngzàng Xǐquè para le especie Pica bottanensis o 普通喜鹊 pǔtōng Xǐquè para la especie Pica serica. Respetando la forma china en la que los adjetivos van antes de los sustantivos, en el caso de los nombres científicos, el epíteto específico se coloca primero y luego el género, al revés que en el sistema de Linneo.
Como puede verse en el ejemplo de las urracas, en la forma china de nombrarlas no se intentó jugar con algún tipo de “traducción”. Si esto fuera así, la especie Pica pica, debería llamarse en chino 喜鹊喜鹊 xǐquè Xǐquè, pero en su lugar se llama 欧亚喜鹊 ōuyà Xǐquè, donde 欧亚 ōuyà significa Eurasia, haciendo referencia a que esta especie se distribuye por el continente euroasiático.
Un sistema para dominarlos a todos
Según la organización 中国科技术语 Zhōngguó kē jì shù yǔ, Terminología científica de China, no existe tal cosa como un “sistema de nombres científico chino”, siendo el sistema binomial internacional el único verdadero nombre científico para las especies chinas o extranjeras (2). Por lo tanto, los nombres científicos en chino tienen, en realidad, el mismo estatus que cualquier otro nombre que se le pueda colocar a una especie en cualquier otra cultura, considerándose como un “nombre popular”. Por lo tanto, si un profesional necesita hacer referencia a una especie en un trabajo académico, debe colocar el nombre latinizado, aunque se encuentre trabajando en lengua china.
La organización de Terminología científica de China cuenta con artículos en su página web para recomendar a los profesionales chinos la mejor forma de construir estos nombres en chino. Los artículos son largos y complejos y dependen de si se pretende nombrar a una especie animal o vegetal, por ejemplo, pero en síntesis propone una serie de normas que normalmente se respetan y que son muy similares al sistema binomial internacional. Por ejemplo, se recomienda utilizar solo uno o dos caracteres para el “género” y solo uno o dos caracteres para el “epíteto específico”. Se recomienda elegir estos caracteres a partir de usos históricos o populares. Además, se recomienda que especies relacionadas compartan los caracteres del “género” y se diferencien por los del “epíteto específico”.
El sistema chino no se desarrolló para reemplazar al sistema internacional fronteras adentro, sino como un recurso didáctico que permite a los chinos la comunicación más fácil en su propia lengua y que está especialmente refinado para especies propias de la región o especies muy populares.
Por ejemplo, aunque no es oriunda de China, la alpaca, nombre científico Vicugna pacos, carismático animal andino, fue llamado en chino 小羊驼 xiǎo Yángtuó. Este nombre mezcla caracteres que se utilizan para denominar a ovejas, 羊 yáng, y camellos 驼 tuó, en referencia a que las alpacas son camélidos que se caracterizan por la producción de lana. Para mostrar su parentesco con las llamas, Lama glama, se optó por el nombre en chino 大羊驼 dà Yángtuó. Así, ambos animales comparten una suerte de “género” en chino (aunque no es así en el nombre científico) para indicar su parentesco, y se las diferencia por ser 小 xiǎo, pequeñas, a las alpacas, y 大 dà, grandes, a las llamas. Se ha creado una clasificación, porque a pesar de no ser animales chinos, son muy populares en el país, incluso con microemprendimientos para criarlas.
Fonética o semántica
En algunos casos no tiene mucho sentido crear todo un sistema de nombres para especies que no son frecuentes de utilizar en chino. En estos casos, se recurre a una transliteración fonética de parte del nombre, rompiendo parcialmente con la sencillez de utilizar hasta 4 caracteres para el nombre (2 de “género” y 2 de “epíteto específico”). Por ejemplo, si vemos el nombre del dinosaurio Argentinosaurus huinculensis, uno de los mayores dinosaurios que jamás hayan pisado la Tierra, la elección del nombre chino fue fácil: 乌因库尔阿根廷龙 Wū yīn kù ěr Āgēntíng lóng. Los caracteres 阿根廷 Āgēntíng significan Argentina en chino, y todos los dinosaurios así como en su nombre científico suelen terminar en “saurus” en chino terminan con 龙 lóng (dragón, pero que aquí proviene del nombre en chino para dinosaurio: 恐龙 kǒnglóng). El epíteto específico de A. huinculensis proviene del hecho de que fue descubierto en la localidad argentina de Plaza Huincul. Sin embargo, al tratarse de un lugar pequeño, no existe un nombre estandarizado en chino para la ciudad de Huincul, para el “epíteto específico” chino se utilizó una suerte de transliteración fonética de “huinculensis”, quedando 乌因库尔 wū yīn kù ěr. Gracias a la posibilidad de realizar una adaptación fonética, es posible que un investigador chino tome cualquier especie nombrada por otro investigador y le coloque con relativamente facilidad un nombre en chino. Este nombre no tiene por qué considerarse oficial en chino y otro investigador podría variar la forma de transcripción fonética, aunque normalmente se suele revisar por menciones previas y se intenta mantener la primera o la más famosa transliteración. Esto no supone una barrera, ya que siempre que se coloque un nombre en chino en una publicación científica, este irá acompañado por el nombre científico, lo que despeja cualquier duda.
Esta transliteración fonética no siempre es la que se utiliza. Si tomamos el ejemplo de otro dinosaurio sudamericano muy famoso y que ha ganado una increíble popularidad en China por su aspecto único y exótico, podemos ver que con el caso de Carnotaurus sastrei se optó por una “traducción semántica”. El nombre Carnotaurus proviene del latín carō, carnis, "carne", y taurus, "toro". Esto se debe a que se trata de un gran terópodo carnívoro con unos singulares cuernos en la cabeza que recuerdan a los toros. Por lo tanto, en chino se optó por 食肉牛龙 Shíròuniúlóng, es decir 食肉 Shíròu, carnívoro y 牛 niú, vaca o toro, conformando así la misma semántica que el nombre científico.
De hecho, el juego semántico no termina en el género. Si bien en muchos casos un género respeta la semántica, en muchos casos su epíteto específico suele ser semántico, a veces por la imposibilidad de continuar con el juego semántico. En el caso de C. sastrei, el epíteto específico se colocó en honor a Anselmo Sastre, dueño de la estancia donde se encontró el fósil y como agradecimiento por la colaboración de permitir a los investigadores vivir y trabajar en su campo. Para el nombre en chino, en lugar de buscar caracteres que en conjunto suenen similares a “sastrei” (una tarea nada fácil), se intentó respetar el tributo a Anselmo Sastre ¿cómo se hizo? Para el apellido Sastre, se buscó un carácter que suene similar al primer fonema, Sa- y que frecuentemente se utiliza en nombres propios en chino: 萨 Sà. Luego, para indicar que se trata del apellido de una familia, se colocó 氏 shì el carácter que se utilizaba antiguamente para indicar un “clan familiar” en china. Así, literalmente 萨氏 Sàshì significa “del clan Sa”, que es fundamentalmente lo que significa sastrei: “de la familia Sastre”.
Un nombre único
Ya hemos cubierto el caso de las especies chinas o cercanas a China que es fácil de comprender, como las urracas. También hemos hablado de especies extranjeras pero populares en China, como las alpacas y llamas. También discutimos opciones que históricamente se han utilizado para nombrar a especies extranjeras poco habituales en el hablar cotidiano, incluso entre científicos (aunque Carnotaurus es un dinosaurio muy icónico, el género está conformado por una única especie, por lo que hay muy pocos casos en los que se lo puede relacionar con otros dinosaurios y mucho menos con dinosaurios que habitaban regiones tan lejanas como China). Hay otro caso interesante: especies extranjeras que adquirieron un nombre chino que ni respeta la semántica original, ni buscan realizar una suerte de transliteración fonética.
Un buen ejemplo de estas especies que adquirieron un nombre original en chino puede ser el caso del Stegosaurus, un característico dinosaurio norteamericano con placas en su espalda. El nombre significa literalmente “lagarto con tejado”. Cuando en la década de 1950 se comenzaron a estudiar en detalle los principales grupos de dinosaurios para comenzar a compararlos con los dinosaurios chinos, se escogió llamar a Stegosaurus 剑龙 Jiànlóng. El carácter 剑 jiàn se utiliza para denominar a las espadas de doble filo chinas, por lo tanto, 剑龙 Jiànlóng significa “dinosaurio de espadas”, en referencia a la forma de las placas de su espalda.
No son claras las razones por las que en los primeros trabajos de traducción se optó por otorgarle un nombre original a Stegosaurus, ya que habría sido perfectamente posible respetar la semántica original. En la actualidad es un nombre tan extendido para este bello animal extinto, que incluso los niños pequeños lo conocen como 剑龙 Jiànlóng, más que como Stegosaurus.
Todos hacemos lo mismo
Si bien todos los juegos idiomáticos que se hacen en chino con los nombres de las especies parecen algo único, en cierto sentido estos juegos se hacen en todas las lenguas. Por ejemplo, continuando con el caso de Stegosaurus, si bien este es su nombre científico, en español muchas veces puede encontrárselo como Estegosaurus, Estegosaurio o Stegosaurio. Esta es una forma de adaptar el nombre para hacerlo más fácil para los hispanoparlantes, aunque se trata de un “nombre popular” que no reemplaza al nombre científico en español, igual que el caso de los nombres científicos en chino. Esta latinización de los nombres es muy común en otras lenguas como el portugués, italiano, francés y demás lenguas derivadas del latín.
En lenguas muy alejadas del latín y el griego se han optado por formas de transliteración. Por ejemplo, en japonés se utiliza el sistema katakana, que normalmente se emplea para palabras de origen extranjero. Por lo tanto, al encontrar el nombre de una especie es fácil ver la relación con su nombre científico. Así, Stegosaurus se escribe ステゴサウルス. Solo en el caso de las especies comunes en la región podemos encontrar más comúnmente el uso del sistema kanji. Por ejemplo, si buscamos cómo se dice tigre, Panthera tigris, normalmente se utiliza 虎.
En ruso, también se realiza una adaptación de los nombres científicos de las especies al alfabeto cirílico. De esta forma, a Stegosaurus se lo denomina Стегозавр. Si observamos lo que ocurre en hindi, podemos ver que Stegosaurus se escribe स्टेगोसोरस, lo que constituye también una transcripción fonética.
Un nombre original en chino
En los primeros trabajos de descripción de especies chinas de mediados del siglo XX se colocaban nombres en chino, siguiendo la lógica del sistema binomial. Gradualmente, a estas especies se les colocó además un nombre científico real derivado del latín y en la actualidad, al describir una nueva especie, se les colocan ambos nombres, uno en chino y uno en el sistema binomial. En todos estos casos el primer nombre que se le coloca a la especie es en chino y de ella se deriva el nombre científico.
A principios de la década de 1950, se encontraron los restos fósiles de un gran dinosaurio saurópodo en la provincia de 四川 Sìchuān cuando se estaba realizando la construcción de un importante puente. Tras estudiarlos en detalle, se determinó que se trataba de una especie nueva nunca antes descripta. Así se publicó el primer trabajo en chino en 1954, en el que se le otorgaba el nombre de 建设马门溪龙, Jiànshè Mǎménxīlóng siendo 马门溪龙 Mǎménxīlóng el “género” que hace referencia al lugar donde fue descubierto y 建设 jiànshè el “epíteto específico” que en chino significa “construcción”, en referencia a la construcción del gran puente donde fue encontrado.
Para este nuevo dinosaurio fue necesario otorgarle un nombre científico, por lo que se tomó como base el nombre en chino que se latinizó. Así, 马门溪龙 Mǎménxīlóng configuró el género Mamenchisaurus, mientras que para 建设 jiànshè se tomó la raíz latina y otorgó el epíteto específico constructus. Así se jugó con una suerte de transliteración fonética, en este caso latinizando, a la vez que se jugó con una suerte de traducción semántica también.
En la actualidad, las publicaciones de ciencias naturales chinas que describen una nueva especie y que son publicadas en chino otorgan ambos nombres a la vez y se colocan en la publicación que describe los caracteres distintivos de la especie.
Un viaje científico y cultural
Como hemos podido ver, la forma de nombrar científicamente a las especies en chino no difiere del sistema binomial internacional. Para nombrar científicamente a las especies se utiliza el nombre latinizado incluso en publicaciones en chino. Sin embargo, se creó un sistema no oficial para facilitar la comunicación dentro del propio idioma y que sirve de base para nombrar nuevas especies basándose en la historia y cultura de la región.
(1) 中国科技术语 - 话说动物中文名
(3) 周忠和. (1995). 辽宁早白垩世一新的反鸟化石. 古脊椎动物学报, 33(2), 99-113.
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