El género de cine de época es muy popular en China, especialmente las películas ambientadas en los años de la Guerra de resistencia contra la agresión japonesa (1931-1945). Esto se debe a que gran parte de la historia moderna del país se configuró durante aquellos años y en parte porque fue un período complejo en el que se gestaron grandes historias de las que el pueblo chino puede estar orgulloso. Muchas de las grandes producciones son épicas películas bélicas, en las que héroes luchan contra las tropas invasoras y con su victoria o sacrificio consiguen poner de pie un país humillado y destruido. No obstante, dentro de las películas ambientadas en este terrible período histórico, hay un grupo de cintas elevadas a un nivel superior por el público: el cine de espías.
Durante la invasión japonesa sobre China, un gran número de personas jugaron el papel de espías y agentes dobles para infiltrarse en las esferas más altas de los mandos expedicionarios japoneses y llevar a cabo golpes comando y robo de información clave. Los éxitos que consiguieron estos espías fueron fundamentales para obtener la victoria en la guerra. La película 无名 Wú míng, Sin nombre (2023) es una película ficcional sobre un pequeño grupo de espías y agentes dobles que puso en jaque a las tropas japonesas y contribuyeron a acabar con el plan militar de desmembramiento de la nación China en beneficio de los intereses japoneses.
Espías y agentes dobles sin nombre
La película comienza con el director 何 Hé esperando pacientemente sentado. No sabemos qué año es, dónde se encuentra ni que es lo que espera con cierto nerviosismo en su mirada.
A continuación se nos introduce a la señorita 陈 Chén, que parece estar disfrutando de la lectura en la comodidad de un café de 香港 Xiānggǎng (Hong Kong), algo que solo podemos deducir por el dialecto cantonés utilizado. Un camarero le sirve un café que ella no ha pedido. Amablemente, el camarero le aclara que un señor que acaba de dejar el bar ha comprado ese café para ella, sin dejar ningún otro mensaje.
Por último, conocemos al capitán 王 Wáng, del Departamento de Seguridad Política del gobierno colaboracionista chino en la ciudad de 南京 Nánjīng. Jefe del director 何 Hé, disfruta de un desayuno con otro de sus subalternos: el señor 叶 Yè. Aunque el señor 叶 Yè tiene algo de prisa por ir al trabajo, el capitán 王 Wáng le recuerda que, lleguen temprano o tarde, los muertos continuarán muertos. Ambos parecen tener una cálida amistad de muchos años de trabajo. Cuando llegan a su destino, deben ocuparse de investigar un golpe comando en el que un grupo de soldados japoneses fue emboscado y ejecutado.
El director 何 Hé se encuentra en secreto con un hombre apellidado 张 Zhāng. Este hombre es un miembro del Partido Comunista de China, que durante años ha trabajado como espía, pero que ahora ha decidido cambiar de bando y comenzar a apoyar a las fuerzas de invasión. El director 何 Hé está allí para recibir toda la documentación sobre la red de espionaje y completar una ficha que asegurará la vida del señor 张 Zhāng como nuevo aliado de las tropas japonesas. En particular, este espía desertor quiere entregar a su compañera de trabajo, una mujer espía profesional que parece ser uno de los eslabones más importantes de la red.
El director 何 Hé es un interrogador profesional, tan astuto en el uso de las palabras que no necesita de tortura para convencer. Sin embargo, mientras almuerza en un restaurante de 上海 Shànghǎi, descubre una pequeña gota de sangre en su camisa, la única marca visible de su terrible trabajo como interrogador. Al intentar removerla, solo la hace más grande, volviendo más evidente lo que parece que intenta ocultar.
En los clubes nocturnos de la 上海 Shànghǎi invadida por las tropas japonesas, la señorita 方 Fāng se dedica a conquistar a oficiales japoneses para luego llevarlos a callejones oscuros donde sus compañeros esperan para asesinarlos. ¿Son estos los espías comunistas en la ciudad? ¿Conseguirá el director 何 Hé desmembrar esta red? ¿Alguien es acaso un espía doble infiltrado en las oficinas de inteligencia japonesas? Para descubrirlo deberán ver la película, mientras tanto les ofrecemos un tráiler.
Un filme desestructurado
A diferencia de la tradicional historia del “Viaje del héroe” que podemos ver en muchas películas hollywoodenses, el filme 无名 Wú míng, Sin nombre (2023) se aleja de todas las fórmulas preestablecidas. Por un lado, no tenemos figuras que a priori puedan identificarse como héroes o villanos. Todos los personajes son igualmente complejos y podrían estar jugando papeles de infiltración o podrían haberse visto forzados a cometer los terribles actos que vemos en pantalla. No hay un héroe caracterizado desde el minuto uno con el que el público pueda identificarse y un villano a derrotar que será el culmen de la película. Deberemos recorrer toda la cinta para comprender las motivaciones de cada personaje y descubrir que tal vez podemos empatizar con quien al principio nos parecía el personaje más desagradable.
Por otro lado, la película no es lineal, no solo porque no ha sido narrada en orden cronológico, sino porque está completamente desestructurada, con pequeñas escenas que saltan de una a otra sin ningún tipo de contexto. Dos escenas intercaladas con diferencias de segundos pueden estar separadas por años y kilómetros, sin ningún tipo de referencia o conexión. Esto, que puede volver la narración más difícil de comprender, es una de las grandes sorpresas de la película que, en lugar de presentarse como un cuento, nos suelta en un mundo que se percibe como real, un mundo en el que han ocurrido cosas que no hemos visto y en el que pasarán cosas que no sabemos, pero del que aprendemos con cada minuto que pasamos en él. Un diálogo de dos amigos comiendo juntos y bromeando, puede resignificarse completamente cuando conozcamos cosas que ocurrieron antes o pasaron después.
Este recurso de desestructurar la narración no es nuevo en la historia del cine, y tenemos grandes ejemplos para citar. Uno de los más llamativos, porque es en el que claramente se ha inspirado el director 程耳 Chéng Ěr es la película 东邪西毒 Dōng xié xī dú, Las cenizas del tiempo (1994), del gran director 王家卫 Wáng Jiāwèi (Wong Kar Wai). La propuesta en ambos filmes chinos es muy arriesgada ya que, al no incluir elementos para indicar el tiempo y el espacio, se corre el riesgo de que el espectador se pierda. No obstante, es la magia del montaje en ambas películas las que nos lleva a, con un poco de esfuerzo, comprender la narrativa y reforzarla en esta presentación no lineal. De hecho, la transforma en una película muy agradable para volver a ver y rever, ya que en cada nuevo visionado no solo encontramos detalles ocultos, sino que somos más capaces de estructurar la trama.
Algunas grandes producciones hollywoodenses han intentado jugar con este tipo de narrativa desestructurada, pero frente al miedo de que el público se pierda, decidieron incluir títulos en cada escena indicando tiempo y espacio, arruinando completamente el planteamiento original. Este es el caso del filme Dunkerque (2017), una interesante propuesta completamente arruinada por los constantes títulos que nos indican dónde y cuándo nos encontramos. No obstante, esto no fue siempre así en el cine norteamericano. Si tomamos por ejemplo el filme Pulp Fiction (1994), del gran director Quentin Tarantino, podemos ver una historia completamente desestructurada a la que no se le añadieron títulos para contextualizar al espectador.
Referencias a un grande
El director 程耳 Chéng Ěr ha filmado muy pocas películas, pero ha trabajado incansablemente cuando no estaba tras las cámaras para asegurar que sus producciones tengan una calidad que solo los más grandes directores de cine pueden permitirse. El uso de los ángulos de cámara, la composición y el color son realmente encomiables en 无名 Wú míng, Sin nombre (2023), mostrando incluso una clara evolución artística en la escasa obra de este director. 程耳 Chéng Ěr es un gran admirador de la obra del director 王家卫 Wáng Jiāwèi. En su película anterior 罗曼蒂克消亡史 Luó màn dì kè xiāo wáng shǐ, Una historia de la desaparición del romance (2016), eligió un título completamente diferente para la versión en inglés, haciendo una referencia a la película de 王家卫 Wáng Jiāwèi 东邪西毒 Dōng xié xī dú, Las cenizas del tiempo (1994), que también tiene nombres muy diferentes en chino y en inglés: The Wasted Times, El tiempo desperdiciado.
En la película 无名 Wú míng, Sin nombre (2023) también podemos ver muchas técnicas de composición que han caracterizado al cine de 王家卫 Wáng Jiāwèi, como algunos ángulos de cámara exóticos que el director no ha inventado, pero que ha utilizado repetidas veces resignificando lo que la composición nos dice sobre la narración. Por ejemplo, la violación de la regla de los tercios, que ubica al personaje hacia un costado del plano y deja gran parte del espacio vacío a sus espaldas es algo que podemos ver en películas de 王家卫 Wáng Jiāwèi como 花样年华 Huā yàng nián huá, Con ánimo de amar (2000).
Si algo caracteriza a 花样年华 Huā yàng nián huá, Con ánimo de amar (2000), es esa sensación de que los espectadores están espiando a los personajes. Esto se refuerza porque muchas veces vemos las escenas a través de ventanas, pasillos, puertas entreabiertas o con objetos por medio. Aunque no toda la película 无名 Wú míng, Sin nombre (2023) está filmada así, en algunas escenas específicas, como cuando los oficiales del Departamento de Seguridad Política del gobierno colaboracionista chino ingresan para desmembrar la célula de espionaje sobre el final de la cinta, podemos ver momentos en los que la cámara se asoma por detrás de objetos y parece volver a esconderse cuando los personajes se dan la vuelta, como si en lugar de espectadores, fuéramos vecinos de la residencia que, frente a los ruidos de pelea, nos asomamos a ver qué ocurre.
Plagiando la historia
Tras ver el filme 无名 Wú míng, Sin nombre (2023) es imposible no volver sobre el mayor clásico de este género: 色, 戒 Sè, jiè, Deseo, peligro (2007). La ambientación, la época, la trama de espionaje y el rol de agente colaboracionista que interpreta el actor 梁朝伟 Liáng Cháowěi (Tony Leung), son elementos que nos llevan a comparar inevitablemente estas dos cintas. El parecido va más allá y casi parece que tenemos pequeños guiños al clásico de 2007. Cuando el personaje de 梁朝伟 Liáng Cháowěi ve la gota de sangre en su camisa, automáticamente podemos recordar la escena en la que su personaje de 色, 戒 Sè, jiè, Deseo, peligro (2007) ve una gota de sangre en su zapato tras un interrogatorio que no se nos muestra. En ambas escenas utiliza un pañuelo para limpiarlo, intentando ocultar la terrible barbarie en la que ha incurrido. De hecho, en esta escena en particular se juega con la película de 2007, ya que en el filme de 2023 nada nos indica que viene de torturar a alguien, pero si recordamos la película de 2007, automáticamente intuimos de dónde viene. Este es un juego maravilloso del director, que cobra incluso más valor tras terminar de ver la cinta.
En algunas reseñas en chino se señala el paralelismo entre dos personajes de las películas 色, 戒 Sè, jiè, Deseo, peligro (2007) y 无名 Wú míng, Sin nombre (2023). En ambas un personaje principal es una joven y atractiva mujer que atrae a soldados japoneses o colaboracionistas chinos para asesinarlos. Las referencias parecen reforzarse cuando esta señorita es atrapada en el filme de 2023 y se nos revela que no fue capaz de matar a la víctima objetivo, igual que en la cinta de 2007. Esto no se debe a un plagio o una amistosa referencia, sino a que ambos personajes están basados en 郑苹如 Zhèng Píngrú, una joven espía que sedujo a 丁默村 Dīng Mòcūn, un colaboracionista, para asesinarlo. Al momento de ser atacado 丁默村 Dīng Mòcūn sospechó y consiguió huir, mientras que 郑苹如 Zhèng Píngrú fue encarcelada, interrogada, torturada y ejecutada por órdenes de los mandos japoneses.
Tres perros muy perros
La simbología visual en las películas no es fácil de exponer. A veces se incluyen elementos de forma tan sutil que solo tras mucho análisis se entiende lo que se quiere representar. En otros casos, la simbología puede ser demasiado evidente, pareciendo forzada o fuera de lugar. Hay un delicado equilibrio entre que con un primer visionado el público rápidamente capte el juego visual y narrativo, sin ser muy obtuso o exagerado. Un maravilloso ejemplo de esto podemos verlo en la película 建党伟业 Jiàn dǎng wěi yè, La gigantesca empresa de la fundación del Partido (2011), en la que cuando los personajes cantan La Internacional, clamando por el pueblo chino para levantar a su abatido país, el personaje de 王会悟 Wáng Huìwù, vestida de un modo tradicional, se levanta y voltea para mirarlos con una sutil sonrisa, como una representación de la propia China levantándose por primera vez tras 100 años de humillaciones.
En 无名 Wú míng, Sin nombre (2023) tenemos otro de estos momentos visuales tan poderosos y sutiles que ha dado que hablar en las redes sociales chinas y entre los críticos de cine. Cuando se nos presenta el bombardeo a la ciudad de 广州 Guǎngzhōu, vemos a un carismático piloto bombardero japonés que ataca las posiciones civiles junto a su gracioso perro Shiba Inu llamado Roosevelt, que va ataviado con un traje de piloto japonés.
Tras ver al gracioso perro japonés, el plano cambia súbitamente a la zona que está siendo bombardeada, en la que vemos un perro callejero herido que ve caer las bombas con impotencia y desconcierto. El perro busca cobertura en un refugio donde decenas de civiles chinos esperan que los ataques concluyan, pero es expulsado sin razón alguna por los guardias nacionalistas, para finalmente morir como un perro entre los escombros.
Pocos minutos más tarde, cuando vemos el centro de operaciones del Departamento de Seguridad Política, vemos grandes perros furiosos y agresivos, que en cualquier otro lugar serían un símbolo de poder y nobleza, pero que aquí están encerrados en horribles jaulas y son utilizados como un instrumento de tortura por los mandos japoneses.
Cada perro representa a un grupo en la película, el Shiba Inu a los soldados japoneses, que no son más que civiles enviados a otras tierras a morir por otros, el perro callejero de 广州 Guǎngzhōu representa a los civiles chinos que murieron de las formas más penosas imaginables en la guerra y los perros de tortura a los colaboracionistas de los japoneses, que parecen fuertes animales invencibles, pero que no son más que perros encerrados en las jaulas de sus amos dispuestos a obedecer órdenes. Al final cada perro recibirá su final, como cuando vemos a los perros de tortura ser retirados con la cola entre las patas o cuando nos enteramos del funesto final que el gracioso Shiba Inu tuvo, junto a su padre piloto. La película no festeja la muerte del piloto japonés, sino que nos deja reflexionar sobre cómo el pueblo japonés fue también víctima de terribles criminales de guerra.
Dos pobres animales
Otros dos animales son utilizados para realizar paralelismos. Por un lado, tenemos al cordero que criaban los obreros chinos que son ejecutados por los soldados japoneses. Mientras el cemento cae sobre los obreros que son enterrados vivos, el cordero llora y es observado fijamente por el comandante japonés. El primer plano del cordero y el comandante corta súbitamente a la cena de los soldados japoneses: una olla de carne de cordero. Aquí nuevamente se muestra la masacre que las tropas están causando sobre la indefensa población civil. Otra vez, este recurso es reutilizado para alejarse de la figura de las tropas japonesas como simples “picadoras de carne” que consumen todo lo que encuentran a su paso. Mientras cenan, los soldados japoneses discuten sobre cómo se estaba mejor antes de la guerra, cuando cualquier japonés podía comer carne, ahora un bien muy preciado.
Un plato tradicional chino en franco retroceso por la crueldad que implica es también utilizado para retratar a algunos personajes deleznables. Se trata de las 醉虾 zuì xiā, gambas borrachas, un plato que hoy en día es tan mal visto que puede ser utilizado aquí como un símbolo de la maldad. El plato original consiste en colocar a camarones vivos en una bebida alcohólica muy fuerte, como por ejemplo 白酒 bái jiǔ, y dejarlas allí unos pocos minutos hasta que se ahoguen o queden completamente desmayadas por el alcohol. Luego, los camarones crudos se comen mientras aún están vivos. En dos ocasiones podemos ver este plato, en una versión que utiliza un vino rojo. La cámara enfoca el sufrimiento de los animales, que salpican el vino rojo como si fuera la sangre derramada.
Sutilezas en la comida
La gastronomía es un elemento muy importante de la cultura china. Los platos varían entre regiones y son parte identitaria de cada lugar. Por esta razón en el filme 无名 Wú míng, Sin nombre (2023) podemos ver muchos juegos alrededor de la comida y los diferentes platos que se consumen, según el personaje y el lugar donde ocurre la escena. No obstante, uno de los más llamativos ocurre cuando uno de los colaboracionistas japoneses se niega a comer la comida japonesa que los mandos militares han servido para todos, alegando que aún no se ha acostumbrado a la comida japonesa. Lo que hasta ese momento era un instante distendido de alegría se transforma en un momento de tensión cuando el oficial Watanabe borra la sonrisa de su rosto frente a la respuesta. Todo parece indicarnos que quien no quiere comer la comida japonesa no espera acostumbrarse porque no cree que los japoneses estén mucho tiempo en China y que el oficial Watanabe tal vez sospecha algo.
El señor 汪 Wāng y el señor 蒋 Jiǎng
Se nos ofrece muy poco contexto político en la película, en parte porque se asume que conocemos los pormenores de las facciones de la época. Al principio, se menciona a un tal señor 汪 Wāng, presidente de China, que es un colaboracionista de los japoneses y que busca terminar la guerra aliándose con el enemigo. Se trata de una referencia a 汪精卫 Wāng Jīngwèi, un importante líder del Partido Nacionalista que, luego de que las tropas de invasión conquistaran la capital del país, 南京 Nánjīng, llegó a un acuerdo con los mandos japoneses para que lo nombraran presidente. En la cabeza de 汪精卫 Wāng Jīngwèi esto no era una traición, sino una forma de detener las masacres y mantener la unidad de China. En la práctica, 汪精卫 Wāng Jīngwèi fue un títere de los intereses japoneses y, como vemos en el filme, pasó de escribir poemas a escribir órdenes de ejecución de compatriotas que los generales japoneses ponían en su escritorio. Al final, japoneses, colaboracionistas y el resto de los chinos que resistió la invasión vieron con malos ojos a 汪精卫 Wāng Jīngwèi, que pasó a ser conocido en la historia como uno de los más terribles colaboracionistas y dictador de los tiempos de la invasión.
Por otro lado, se menciona varias veces al señor 蒋 Jiǎng, un general nacionalista que los colaboracionistas identifican como uno de los más poderosos señores de la guerra de China y que solo ha trabajado para fortalecer su figura a costa del pueblo chino. Se trata del general 蒋介石 Jiǎng Jièshí (Chiang Kai-Shek), quien desde 1927, tras pactar con los señores de la guerra, ostentaba el cargo de presidente de China, aunque en la práctica apenas podía controlar la ciudad en la que se encontrara su gobierno. Aunque contribuyó en la épica resistencia china, el general 蒋介石 Jiǎng Jièshí estuvo siempre
más preocupado en mantenerse en el poder a cualquier precio que en levantar a China, y es otro que también pasó a la historia por su corrupción y opresión. Es curioso que, en el análisis que los colaboracionistas hacían de la figura del general, tenían una visión más realista que los nacionalistas que lo seguían ciegamente.
El reino títere
Gran parte del argumento de la película gira en torno al Reino títere de 满洲 Mǎnzhōu, Manchuria. Tras invadir el Noreste de China en 1931, los mandos japoneses entronaron al depuesto emperador chino para que gobernara esa región. Al igual que 汪精卫 Wāng Jīngwèi, el emperador 溥仪 Pǔyí era un títere de los intereses japoneses, que firmaba cualquier cosa que le colocaran en la mesa sin posibilidad de decidir sobre su gobierno. Como se nos explica en la película, había internas políticas entre los mandos japoneses. En particular, el oficial Watanabe creía que la invasión del Sur de China había sido un error y que habría que haberse enfocado en asegurar el dominio sobre el Reino títere, algo que a Japón le podría servir como campo de batalla para enfrentar a una posible China resurgida y a la Unión Soviética, ya que este territorio se interponía entre Japón y estas dos naciones.
La película nos acerca una versión ficticia de por qué China obtuvo la victoria y consiguió recuperar sus provincias del Noreste. El trabajo de los agentes dobles en esta historia fue fundamental para desmantelar el plan japonés. Aunque no hay registros históricos, se trata de una representación de un trabajo de espionaje chino que fue fundamental para conseguir evitar la dominación japonesa en el Noreste de China tras la guerra.
En la sala de cine
Por fortuna, pudimos disfrutar de este magnífico filme durante su primera semana del estreno en el Festival de Primavera. Normalmente, los espectadores chinos reaccionan mucho en la sala de cine, lo que convierte a la experiencia de ir a ver un filme en todo un espectáculo dentro y fuera de la pantalla. La sala estaba prácticamente llena, y aunque nadie molestó, se sentía la reacción del público frente a algunas de las más importantes revelaciones.
Una de las escenas que provocó que un murmullo recorriera toda la sala ocurrió al comienzo de la cinta. Cuando el señor 张 Zhāng, que pretende cambiar de bando y entregar a sus compañeros espías, le revela al director 何 Hé que es miembro del Partido Comunista de China, primero la sorpresa se hizo sentir, y durante unos pocos segundos, se pudo escuchar como en el público las personas se aproximaban unas a otras para preguntarles a sus compañeros de sala si habían escuchado bien ¿Dijo que es comunista? Esta fue una potente escena elegida con maestría por los guionistas. Normalmente en las películas, porque fue lo que ocurrió en la historia, los espías que se rindieron a las fuerzas japonesas pertenecían al Partido Nacionalista. Esto es en parte comprensible, ya que entre las propias filas nacionalistas había una gran desazón, debido a la corrupción de las autoridades de la época. En cambio, las fuerzas comunistas se mantuvieron como uno de los principales pilares de resistencia en muchas regiones abandonadas de la mano de dios por el gobierno nacionalista frente a los invasores. Esta escena se resignifica cerca del final de la película, cuando finalmente conocemos qué personajes son comunistas, quienes son los camaradas del señor 张 Zhāng y quién es el agente doble infiltrado en las filas japonesas. Cuando toda esta información se nos revela, nuevamente el público comentó la escena con sus compañeros de cine, nuevamente sorprendidos.
¿Quiénes son los sin nombre?
La película está levemente inspirada en una novela llamada 东亚往事 Dōngyà wǎngshì, Eventos pasados en el Este de Asia, que el propio director publicó hace unos años. En la novela se narra la historia de una pareja, de la que solo conocemos sus apellidos, que se separa cuando comienza la invasión japonesa sobre la ciudad de 上海 Shànghǎi. Ella decide crear un equipo para seducir oficiales japoneses para llevarlos a lugares privados donde poder ejecutarlos, mientras que él decide unirse a las tropas de invasión como un colaboracionista. Aunque las historias de la película y la novela son diferentes, podemos identificar a una pareja del filme que tiene exactamente esta dinámica, pero que no mencionaremos aquí para no hacer spoilers.
Si prestamos atención, nunca se mencionan los nombres completos de ningún personaje en todo el filme. Siempre se refieren a todos como el señor, la señora, el director o el oficial, seguido por su apellido. Esta es una decisión de guion deliberada, una referencia a todas aquellas personas que participaron de importantes eventos históricos, pero cuyos nombres fueron olvidados, de los que tal vez, con suerte, alguien recuerda haber escuchado sus apellidos, nombres genéricos que pueden corresponder a muchas personas diferentes. Este es un tópico reiterado en el cine chino, ya que fallecieron tantas personas durante el llamado “Siglo de humillación” que se han perdido los pocos registros, cuando los hubo, de las personas que se sacrificaron en pos de la construcción del país. Como dice la canción 《有一天》, Yǒu yī tiān, Habrá un día, de la película 建党伟业 Jiàn dăng wěi yè, La gigantesca empresa de la fundación del Partido (2011) se rinde homenaje a la memoria de aquellos de los que sólo quedó, 一片云 yī piàn yún, un jirón de nube. Al final, la película rinde tributo a todas aquellas personas que arriesgaron o dieron su vida y que hoy en día son héroes y heroínas sin nombre.
南
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