" Perdido en China: el final

Perdido en China: el final

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Como todo en la vida, el largo viaje hasta China tiene su final. Aunque es verdad que pasé 24 días en el país para este punto, fueron días de cuarentena en los que no pude experimentar la verdadera experiencia china. Tras un mes de viaje, finalmente podría alojarme en el destino final: una habitación desconocida en una zona de la ciudad desconocida para mí. Aunque el viaje termina, empieza la verdadera aventura.

A pocas horas de dejar la habitación de cuarentena.

Un traslado caótico

El día anterior a dejar el hotel de cuarentena de la universidad me confirmaron que el flete llegaría luego del almuerzo. Esto lo habían calculado para que tanto yo como el personal del hotel pudiéramos comer antes de realizar la mudanza, y así poder disponer de todo el tiempo que fuera necesario para colocar todo en la camioneta. Como almuerzo de despedida me proporcionaron el mejor almuerzo que el hotel podía ofrecer: 饺子 jiǎozi, la famosa pasta rellena china que se come acompañada de salsa de soja y ajo. Si la mudanza ya me tenía feliz, los 饺子 jiǎozi elevaron mis niveles de felicidad a niveles estratosféricos.

El último almuerzo. En la parte superior izquierda, un pequeño cuenco de tofu, cortesía de la amable 阿姨 āyí.

Antes del almuerzo, me llamaron para ir a mi antigua habitación en el tercer piso y colaborar en la mudanza. Llevamos todas las cosas hasta la planta baja, donde las dejamos a un costado de la puerta. Todo el personal del hotel vino para este trabajo, unas 10 personas, encargadas de todos los servicios básicos. Aunque yo había tenido solo contacto con poco más que dos personas, habían otros trabajadores encargados de ayudar a los estudiantes chinos que también estaban haciendo cuarentena en el hotel. Si algún estudiante chino de otra provincia venía a la universidad, debía pasar por la misma cuarentena que yo, solo que en otro piso. A pesar de que todo el personal se sorprendió de la cantidad de cosas que había, la mudanza fue tan rápida y me encontró tan desprevenido que no hay fotos ni filmaciones. Yo había dejado todo preparado y solo era tomar cada caja y cada bolsa y llevarlas al ascensor. Fue una ventaja que contaran conmigo para la tarea, ya que había cosas que incluso el personal más fuerte del hotel no podía mover, como mi caja de mancuernas y pesas que, aunque no es especialmente pesada, requiere de alguien entrenado para levantarla sin lastimarse la espalda. 

Una caja difícil de levantar.

Tras almorzar en mi habitación, dejé todo preparado y tan solo me quedé leyendo en la computadora, listo para que cuando me llamaran pudiera colocarla en la mochila y bajar. Como había llevado varias cosas a la habitación de cuarentena, mi equipaje de dos valijas y una mochila se había transformado en 2 valijas, una mochila, unas cuantas bolsas de tela y un par de cajas. Como siempre, muy amablemente el personal del hotel me ayudó con todo esto cuando tocó el momento de bajar al hall.

La despedida

Cuando bajé al hall del hotel con mis últimas cosas, yo esperaba encontrar la pila de pertenencias en la puerta y la camioneta esperando a ser cargada. Sin embargo, ya habían colocado todo, como piezas de tetris, dentro del vehículo. La verdad es que habían calculado muy justo el tamaño del vehículo. Era una camioneta pequeña, cuyo espacio de carga apenas permitía que mi pequeña heladera entrara acostada. Todas las cajas y bolsas estaban apiladas en esa zona de carga y prácticamente no había espacio para nada más. Mis valijas y bolsas finales apenas entraron, y tuve que colocar algunas cosas a mis pies en el asiento del acompañante.

Yo esperaba poder despedirme apropiadamente del personal del hotel que tanto me había ayudado en los días anteriores, mientras ayudaba a cargar la camioneta. Al ver el poco tiempo, me acerqué a la 阿姨 āyí (literalmente tía, nombre cariñoso y respetuoso para referirse a una mujer adulta de la edad de nuestros padres) que me llevaba todas las comidas cada día y le regalé un pequeño llavero de llama, fabricado en el norte de Argentina con lana de alpaca. Le expliqué que era una 美洲驼 měizhōu tuó, llama y que era un animal similar al camello (de ahí que comparta el último carácter con la palabra china para camello 骆驼 luò tuó y que literalmente podemos traducir como “camello sudamericano”) oriundo de Latinoamérica. Además, le entregué una antigua moneda argentina de la década de los 60 que me gusta especialmente porque tiene la imagen de un gaucho. Le comenté que los caballos argentinos son muy famosos y que incluso Argentina le regaló algunos a China en gesto de amistad hace algunos años. La 阿姨 āyí quedó encantada con los regalos y el pequeño documental de mi país y me agradeció mil veces. Incluso, cuando ya nos saludábamos con la mano mientras la camioneta se alejaba, levantó la llama en alto y la señaló con una gran sonrisa.

Para la gerenta del hotel también tenía preparado un regalo. A ella le regalé una cartuchera de aguayo, una tela tradicional del Norte de Argentina, también muy común en Bolivia, Perú y Chile. También le regalé una moneda y le hablé de los caballos argentinos. En su caso también quedó encantada con el regalo, aunque justo estaba realmente ocupada recibiendo a un estudiante extranjero nuevo. Me dijo que sabía que el hotel era de mis favoritos de la universidad y que nos mantendríamos en contacto, que tal vez cuando las medidas terminaran podría volver.

A los que visitan el país les recomendamos pensar en traer un pequeño regalo, aunque sea una moneda moderna de baja denominación, para regalar a las personas que nos han ayudado o con las que hemos desarrollado una gran amistad. Estos gestos siempre gustan en China, y permite acercarles un poco culturas que les resultan exóticas y llamativas. 

Las llamas y alpacas, animales realmente exóticos en China atraen a jovenes y adultos. Aquí un ejemplo de llamas de peluchue en un supermercado chino.

El último viaje

El viaje desde el hotel 南湖 Nánhú de cuarentena, hasta el hotel 新民 Xīnmín fue más corto de lo que parecía en el mapa. Con tan solo rodear al hermoso parque 南湖 Nánhú y unas pocas cuadras más, llegamos al hotel en pocos minutos. La primera impresión del hotel no fue muy buena. A diferencia del hotel 南湖 Nánhú, no había un gran hall decorado. La entrada se parece más a la entrada del cuartel central de los Hombres de Negro, un pequeño pasillo sin nada más que luces y un ascensor al final. De hecho, un 叔叔 shū shu (literalmente "tío", nombre cariñoso y respetuoso para referirse a un hombre adulto de la edad de nuestros padres) que estaba leyendo el diario, cuando yo entré señaló el ascensor y dijo 电梯 diàn tī, ascensor, para que pusiera las cosas al lado. Creo que no entendió por qué me reía tanto. 

Imagen de Men in Black, Hombres de negro (1997), curiosamente similar al nuevo hotel.

Al igual que en la salida, el personal del hotel tuvo problemas con algunas cosas que les resultaron muy pesadas, e intentaron, disimuladamente, no tener que cargarlas. La caja de las pesas pude entenderlo, pero también tuvieron problemas con otras cajas que no eran tan pesadas. Su trabajo no es cargar cajas, así que procuré encargarme de cargar todo lo más pesado, no quería provocar un accidente de trabajo. La gerenta del hotel me entregó la llave de mi habitación luego de completar la documentación correspondiente. Sorprendentemente era en el tercer piso, como mi mítica habitación de 南湖 Nánhú.

Cargamos todo en el ascensor por partes y lo dejamos en el tercer piso. Llegó entonces el momento de conocer la habitación. ¿Sería grande? ¿Sería cómoda? ¿Sería luminosa?

El departamento

Abrí la habitación y la gerenta entró primero para mostrármela. Un pequeño pasillo revelaba un baño a la izquierda. Al abrir el baño se me cayó el alma a los pies. Era un baño viejo y oscuro que, aunque tenía algunas renovaciones, no eran tan limpio y moderno como mi antiguo baño de 南湖 Nánhú. Al menos contaba con un inodoro y no con una letrina, aunque tal vez habría cambiado el inodoro por una letrina si de esta forma pudiera ser un poco mejor la renovación que hicieron. Algunos baños en casas viejas chinas tienen cañerías a la vista, porque se han instalado en lugares donde no había baños o donde las cañerías no eran grandes o tan buenas. Este es así, e incluso algunos caños parece no ir a ningún lado.

Abriendo una segunda puerta ingresamos a una habitación grande, un poco más grande que mi habitación de 南湖 Nánhú. Cuando corrieron la cortina se vio que era no solo grande, sino también bastante luminosa. Mientras yo miraba las dos camas y pedía para mis adentros no tener un compañero de habitación, la gerenta me indicó que la siguiera y ahí ví que había otro pasillo. Esto me desconcertó completamente. Al final de ese pequeño pasillo, había un gran armario y otra puerta. Al abrir la tercera puerta se reveló una pequeña habitación con dos mesas, dos estanterías y dos sillas a la que la gerenta llamó “habitación de estudio”. Tras esta presentación, me preguntaron si necesitaba ayuda para entrar todo, a lo que dije que no y me dejaron solo. 

Aunque la habitación no me gustó al principio, tras entrar todas las cosas y mirarla con detenimiento descubrí que es gigantesca, y que el segundo ambiente me abría un mundo de posibilidades. Por otro lado, si mi antigua habitación de 南湖 Nánhú había sido famosa entre estudiantes en las principales megaciudades chinas, no puedo esperar a ver sus comentarios cuando vean este pequeño departamento. Como siempre aconsejamos a los interesados en estudiar en China: alejarse un poco de los principales centros educativos tiene muchas ventajas. 

En la nueva habitación, que necesitaba urgentemente un rediseño.

Rediseño

Instalé la heladera en la “habitación de estudio” y la transformé en una cocina completamente equipada y en un estudio muy cómodo. La habitación principal cambió completamente cuando cambié la distribución de las camas y transformé una en un cómodo sillón. El espacio central se convirtió también en un buen espacio de entrenamiento, para mantenerse sano en los fríos días de invierno, en los que, a veces, no es lo mejor salir a correr.

Al final, la habitación que tan poco me había gustado al verla la primera vez, se ha transformado en mi nueva habitación favorita de la universidad. Es gigantesca y permite jugar mucho con las distribuciones y los espacios. Además, tengo orientación Sur, la orientación buena en la ciudad, con sol que entra todo el día por las dos grandes ventanas de cada habitación. 

Peluches en la punta del sillón improvisado.

La mejor ubicación de la ciudad

Tras dejar todas las cajas y bolsas apiladas en la habitación, descargué mi mochila y salí rápidamente a recorrer la ciudad. Quería visitar una calle comercial cercana donde había vivido muy buenos momentos... y donde una vez, bajo una nevada, casi había muerto de hipotermia cuando un taxista que había pedido por teléfono no era capaz de reconocer al único extranjero parado en una esquina.

A unas 4 cuadras del hotel se encuentra la 桂林路 Guìlín lù, calle Guìlín, una calle que toma su nombre de la hermosa ciudad de 桂林 Guìlín, en la provincia de 广西 Guǎngxī, una de mis ciudades favoritas de China. En su época, esta calle solía ser el centro comercial de 长春 Chángchūn, y es una calle muy recordada por las personas que disfrutaron de su juventud en los años 60, 70 y 80, ya que solían venir aquí para probar comidas de todo el país. Era una calle familiar, con restaurantes muy buenos y también donde se juntaban los jóvenes, a disfrutar de la comida callejera. No obstante, en 2019 encontré la calle muy venida a menos, con algunas tiendas cerradas y muchas otras en un claro estado de decadencia. Muchas incluso ofrecían exóticos platos que hoy en día solo abuelos muy mayores comen y que no son del agrado de jóvenes chinos ni extranjeros. 

桂林路 Guìlín lù en el año 2019.

Al llegar a la 桂林路 Guìlín lù no supe reconocer el lugar. Carteles luminosos, tiendas nuevas, cadenas chinas, multinacionales, puestos callejeros de todo tipo, paseos de compras, música, cientos de personas disfrutando del ambiente. A finales de 2019 habían comenzado unas tareas de acondicionamiento en la 桂林路 Guìlín lù, y ahora, años más tarde, es un centro comercial mucho más importante de lo que supo ser en sus años de oro. Más tarde descubrí que es uno de los puntos predilectos de todos los jóvenes. Además, se han desarrollado mucho las calles cercanas y cada nueva visita a la zona consigue sorprender con alguna nueva pequeña tienda, con algún rincón o alguna comida que uno no había visto antes. Mientras que la economía china madura y ya no crece a los exorbitantes números de hace unos pocos años, las regiones más alejadas de las megaciudades costeras comienzan a disfrutar de esos ratios de crecimiento y la ciudad de 长春 Chángchūn no se ha quedado atrás. La provincia de 吉林 Jílín, de la que 长春 Chángchūn es capital, se encuentra entre las provincias con mayores niveles de desarrollo, solo superada por algunas provincias del interior que han cambiado radicalmente gracias a los planes de erradicación de la pobreza extrema. 

桂林路 Guìlín lù en el año 2022.

Visitar algunas tiendas aquel día me emocionó y supongo que más de alguno se preguntó por qué me sacaba fotos con tantas fachadas y por qué reía a carcajadas de felicidad.

El hotel que me tocó en suerte tras las limitaciones por el Covid-19 no solo es excelente, sino que también está en una de las mejores ubicaciones. A 4 cuadras la 桂林路 Guìlín lù, a otras 4 cuadras el parque 南湖 Nánhú, a 4 cuadras en otra dirección el Instituto de Investigación en Paleontología y una línea de Metro. Dejar esta ubicación en el futuro será un proceso nada fácil, pero de momento la disfrutaremos al máximo. 

El otoño en el parque 南湖 Nánhú.

¿Valió la pena?

Tras este gran viaje comencé algunas clases online, y aunque pude tramitar un pase para ingresar al campus 朝阳 Cháoyáng, donde conocí a mi directora y a parte del equipo de paleontólogos de la universidad y donde me asignaron una luminosa oficina propia, la situación ha cambiado poco con respecto a Argentina. Tras rebrotes en la ciudad no siempre podemos tener clases presenciales y trabajar en los laboratorios. No obstante, habría pasado por esto y mucho más si fuera necesario. Estar en China es un aprendizaje constante. Cada transeúnte de la calle puede transformarse en un profesor de chino. Cada nueva carta de restaurante puede ser un repaso de vocabulario. Cada recorrido por la ciudad ofrece experiencias culturales e históricas. Finalmente, hasta tratar con otros estudiantes extranjeros, de culturas muy diversas, o realizar los trámites de visa e inscripción a materias se transforma en un aprendizaje. 

Buen repaso de vocabulario con el cartel de una tienda de comida callejera.

A pesar de que ahora sigamos con controles PCR frecuentes o de que existan limitaciones para el trabajo necesariamente presencial en un laboratorio que realizamos los científicos, el viaje valió la pena. De cara al año que viene podremos empezar con buen pie, con un mejor nivel de chino, conociendo a compañeros y profesores y pudiendo volver rápidamente a las aulas, laboratorios e incluso trabajos de campo. A pesar de que puedo colaborar con algunos investigadores, para realizar mi tesis primero tendré que ir al campo a recolectar las muestras que serán procesadas en los modernos laboratorios del Instituto de Paleontología. El invierno, cuando se genera el permafrost, congelamiento del suelo, no es el mejor momento para esta tarea, por lo que hay que esperar al verano. Mientras tanto, toca familiarizarse con la ciudad, con el equipo de científicos de la universidad y con el vocabulario técnico en chino. El viaje terminó, y probablemente nunca más China desde el Sur pase por tal travesía, pero la verdadera aventura comienza ahora. Aquí estaremos, compartiendo contenidos más originales, más auténticos y pudiendo visitar algunos lugares históricos o de interés cultural específicamente para China desde el Sur.  

La Facultad de Geología.

¿Qué será lo siguiente? ¿La visita al palacio del emperador títere de los intereses japoneses en China? ¿Una visita a los campus universitarios de la Universidad de 吉林 Jílín? ¿Un recorrido aprendiendo chino y gastronomía? El cielo es el límite, porque China nunca deja de sorprender al que quiera mirar. 

Sobre un antiguo edificio construido por Japón para el reino títere de Manchuria ondea orgullosa la bandera china.
Delante, la estatua de Norman Bethune lo conmemora como uno de los grandes amigos de China.

Epílogo al viaje al Este

Muchas gracias a todos los que siguieron esta larga serie sobre el viaje, un poco off-topic con respecto a los contenidos de idioma, cultura, filosofía e historia que solemos compartir. Hemos recibido innumerables mensajes de apoyo y muchas consultas, y nos ha encantado interactuar con todos ustedes. Esperamos que los nuevos contenidos futuros les resulten interesantes. Ahora este viaje es historia, pero por fortuna nos espera un futuro más brillante. 

China desde el Sur no existiría sin ustedes, nuestros lectores.


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