" El último emperador (1987)

El último emperador (1987)

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Rara vez dedicamos un artículo a películas de producción no china. Aunque existen clásicos del cine ambientados en el país del Río Amarillo, muchos caen en imprecisiones históricas tan graves que las convierten en películas ridículas que, más allá de si son entretenidas o si el guión es bueno o malo, parecen estar ambientadas en un universo de fantasía. Películas como la saga de Fu Manchú o 55 días en 北京 Běijīng (1963) son los ejemplos más claros de este tipo de cine. Pero, por fortuna, algunos directores y guionistas no chinos han realizado verdaderas tareas de investigación histórica y cultural y nos han traído a la pantalla grandes filmes increíbles. Este es el caso de El último emperador (1987) del gran director italiano Bernardo Bertolucci.

Esta película, que ganó 9 premios Oscar, se ha transformado en todo un clásico del cine, una obra atemporal que ha envejecido maravillosamente y que cuenta una historia sobre China de fácil entendimiento para cualquier extranjero, aunque no todos los eventos históricos son narrados y explicados. Incluso, es una buena película para volver a ver cada cierto tiempo, cuando nuestro entendimiento de la cultura, el idioma o la historia china ha aumentado, para conseguir, así, disfrutar de nuevos detalles que antes no habíamos notado.

El emperador niño

La película comienza en la frontera chino-rusa, en un lugar conocido actualmente como el 东北 Dōng běi, Noreste de China y que antiguamente era conocido como 满洲 Mǎn zhōu, Manchuria o la tierra de la etnia 满 Mǎn. Es el año 1950, el ejército chino ya derrotó y expulsó a los japoneses que invadieron China en el marco de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra civil china también ha terminado. 溥仪 Pǔyí, el último emperador de China, es transportado a la cárcel, junto a otros criminales de guerra.

Luego de un infructuoso intento de suicidio, somos transportados a la 北京 Běijīng de 1908, cuando 溥仪 Pǔyí aún era un niño pequeño. En la 故宫 Gù gōng, Ciudad Prohibida, una anciana y agotada emperatriz 慈禧 Cíxǐ, que ha visto con sus propios ojos cómo los extranjeros invadieron su tierra, nombra a 溥仪 Pǔyí emperador antes de fallecer. 

A continuación, podremos ver cómo 溥仪 Pǔyí pasa sus primeros años como emperador de China, encerrado dentro de la Ciudad Prohibida, privado de ver a su familia y obligado a aprender las tradiciones. Aunque 溥仪 Pǔyí vive en un palacio lleno de riquezas y donde se deben acatar sus órdenes, él mismo no puede evitar sentirse encerrado tras los muros de su palacio. Aunque él no lo sabe, grandes cambios están ocurriendo en China.

Fuera ha ocurrido una revolución y se ha fundado la República de China. No se ha desplazado la figura del emperador, sino que se ha limitado su gobierno. 溥仪 Pǔyí puede continuar siendo emperador, pero solo dentro de la Ciudad Prohibida. 

En un intento de modernizar la estructura imperial para adaptarse a los nuevos tiempos, contratan a un profesor de inglés para el emperador: Sir Reginald Fleming Johnston, interpretado por el gran Peter O'Toole. Este profesor causará un gran revuelo dentro de la Ciudad Prohibida, ya que será la primera persona en preocuparse genuinamente por el bienestar emocional de 溥仪 Pǔyí. 

En 1950, 溥仪 Pǔyí es interrogado sobre su colaboración con los invasores japoneses. En su respuesta, cuenta que su relación con ellos comenzó en 1924, cuando el ejército republicano chino entró en la Ciudad Prohibida y le ordenó abandonarla. Sin un lugar a donde ir, 溥仪 Pǔyí recurrió a la embajada japonesa, donde se le dio asilo. 溥仪 Pǔyí creyó que el emperador de Japón lo ayudaba porque ambos eran emperadores y tenían casi la misma edad. Pero pronto descubrió que estaba siendo utilizado como un títere.

En 1934, el Imperio de Japón invistió a 溥仪 Pǔyí como Emperador del 满洲国 Mǎnzhōu guó, Reino de Manchuria. Los japoneses habían invadido China y decidieron colocar a 溥仪 Pǔyí como emperador títere en el noreste de China. Mientras las tropas japonesas cometían atrocidades con la población local, 溥仪 Pǔyí se limitaba a firmar los documentos que le pusieran sobre el escritorio. En el filme se deja constancia de que conocía muchas de las atrocidades y que había colaborado de un modo pasivo, dejando al espectador una evaluación global de su responsabilidad.

El resto de la película narra cómo 溥仪 Pǔyí fue apresado y cómo fue su vida en la cárcel, hasta que finalmente cumplió su condena y se reinsertó en la sociedad como un simpático y amable jardinero. A continuación, les ofrecemos un tráiler de la película:

Las fuentes

Según el propio Bertolucci, se utilizaron dos libros como fuente principal para los hechos históricos. El primero es la autobiografía de 溥仪 Pǔyí: From Emperor to Citizen y el segundo es Twilight in the Forbidden City, escrito por Sir Reginald Fleming Johnston, profesor y amigo de 溥仪 Pǔyí. Además, contaron con la participación de 溥杰 Pǔjié, hermano de 溥仪 Pǔyí, como asesor histórico. Esto ha dotado a la película de una gran rigurosidad histórica, con tan solo pequeñas diferencias con los relatos de estos libros.

El palacio del emperador

El gobierno chino autorizó a Bertolucci y su equipo a filmar la película en los sitios originales. Esta fue la primera película extranjera que consiguió autorización para filmar dentro de la Ciudad Prohibida. En las escenas se llegaron a utilizar 19.000 extras para representar a todos los sirvientes y funcionarios imperiales (1).

Además, también se filmaron escenas en el  伪满皇宫 Wěi Mǎn Huáng gōng, Palacio del Emperador Títere, ubicado en la norteña ciudad de 长春 Chángchūn, provincia de 吉林 Jílín. Este edificio fue construido durante la ocupación japonesa para que vivieran 溥仪 Pǔyí y su familia como emperador títere de Japón. El palacio se ha preservado en excelentes condiciones y hoy en día es un importante museo que guarda increíbles objetos de época. 

El emperador ¿víctima o criminal?

La película tiene un maravilloso juego entre los fragmentos autobiográficos de los años de juventud de 溥仪 Pǔyí y su vida en la cárcel. En el filme se aborda un interesante tema de discusión: la culpabilidad del último emperador. Si bien el propio 溥仪 Pǔyí. reconoce que sabía de muchos de los crímenes que cometieron los japoneses, desconocía los detalles más brutales. En la propia película puede verse cómo, luego de ver un documental sobre la invasión japonesa, 溥仪 Pǔyí ve por primera vez los cuerpos de los chinos utilizados en experimentación militar durante su gobierno como emperador títere y cómo las tropas japonesas acabaron con más de 300.000 personas durante la Masacre de 南京 Nánjīng (2). La culpabilidad inundó a 溥仪 Pǔyí, que decidió declararse culpable incluso de crímenes de los que no tenía conocimiento. La película deja al espectador la tarea de juzgar si este personaje que tuvo un margen de elección tan estrecho, dos veces emperador, fue culpable, víctima de los crímenes o ambos. O quizás, que se elija no juzgar la situación inconmensurable que le tocó vivir al último emperador de China. 

(1) Entre todos los extras se encontraba un joven aspirante a director de cine, quien aprovechó esta oportunidad para aprender del excelente trabajo de Bertolucci como director. Se trataba de 陈凯歌 Chén Kǎigē, quien dirigió luego grandes películas chinas como 霸王别姬 Bà wáng bié jī, Adiós mi concubina (1993), 荊柯刺秦王 Jīng Kē cì qín wáng, El emperador y el asesino (1998) y 赵氏孤儿 Zhào shì gū ér, El huérfano de la familia Zhào (2010). Aquí vemos el personaje que interpretó:

(2) Las brutales escenas mostradas sobre estos episodios en la película son filmaciones reales. Existen muchas películas centradas en estos hechos históricos. Una de las mejores es la película 南京 Nánjīng: ciudad de vida y muerte (2009), en la que este tipo de material fotográfico y fílmico original se utilizó para recrear los terribles hechos.

(3) Compartimos aquí un pequeño video del testimonio de Puyi en 1946, durante el juicio a los criminales de guerra japoneses. 

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