Durante siglos los humanos hemos creído que fuimos la primera especie de homínidos en alcanzar las zonas más altas de la meseta tibetana-Qīnghǎi 青藏高原 (Qīng zàng Gāo yuán). Esta era una creencia más que razonable, ya que no muchas otras especies han conseguido colonizar ambientes tan diferentes de nuestro planeta. Pero todo cambió cuando en 2010 comenzaron a encontrarse restos de un grupo de homínidos que había habitado todas las zonas altas de la meseta tibetana-Qīnghǎi, los Denisovanos.
Molar fósil de un Denisovano. Fotografía de Thilo Parg "License: CC BY-SA 4.0" |
Nuestros hermanos no se han extinto
Un estudio de 2014 analizó los genes de los restos de un grupo de homínidos extintos, los Denisovanos. Los Denisovanos fueron un grupo de homínidos cercanamente emparentados a los Homo sapiens que habrían habitado la meseta tibetana-Qīnghǎi hasta incluso hace 14.500 años atrás. Se trata de otro grupo de humanos, también emparentados con los Neandertales de Europa. El estudio mostró que los genes de resistencia a la altitud se encontraban presentes en ellos. Este hallazgo no parecería representar una gran sorpresa, porque los Denisovanos se habrían encontrado bajo la misma presión de selección que acabamos de describir, por lo que es razonable que evolucionara la resistencia a la altitud. La sorpresa es que el gen no es meramente parecido al de las etnias chinas actuales, es exactamente el mismo gen. Esto es algo que no puede ocurrir por evolución independiente. Podrían desarrollar las mismas adaptaciones a la altitud, como veremos que es el caso de los pueblos andinos, pero las bases genéticas tendrían que mostrar diferencias. Un ejemplo para llevar esto al ridículo podrían ser las alas de las aves y los murciélagos, las dos son adaptaciones para modos de vida relativamente similares, pero las bases genéticas son muy diferentes, porque evolucionaron de forma independiente, cada grupo por su propio camino.
¿Qué significa esto?
En algún momento del pasado hace más de 14 mil años atrás, los Homo sapiens alcanzaron la meseta tibetana-Qīnghǎi y se encontraron con los Denisovanos que ya llevaban algunos miles de años viviendo allí. Homo sapiens y Denisovanos no somos muy diferentes, de hecho, teníamos tan pocas diferencias que algunos Homo sapiens habrían echado una cana al aire con los Denisovanos. Los Denisovanos contaban con su propia cultura lítica, con herramientas y modos de construcción propios, pero al llegar los Homo sapiens, los restos de Denisovanos se encuentran junto a culturas líticas de Homo sapiens. ¿Acaso algún Homo sapiens le regaló alguna fina pieza lítica a un Denisovano para robar su corazón? ¿Tal vez algún Homo sapiens le enseñó sus técnicas para fabricar herramientas y ornamentos a un Denisovano? Estas son preguntas que tal vez nunca obtengan respuesta, pero lo que sí sabemos es que de ese intercambio cultural los dos pueblos se fusionaron en uno solo, las etnias actuales, cuyo material genético es principalmente Homo sapiens y una pequeña parte es Denisovano. De hecho, las etnias de la meseta también tuvieron mucho éxito con otras etnias asiáticas, por lo que hoy en día, aproximadamente un 2% de los chinos presenta genes denisovanos. Los Denisovanos no se han extinto, viven en los genes de todos los pueblos de la meseta. Por una vez en la vida real, el amor pudo más que la guerra.
Cultura lítica denisovana. Fotografías de Thilo Parg "License: CC BY-SA 4.0" |
Hagamos el amor no la guerra
Durante décadas se discutió en Biología y Paleontología qué había ocurrido con los otros grupos de homínidos. Una teoría sostenía que los Homo sapiens habíamos aniquilado al resto de homínidos a medida que nos expandíamos por el mundo. Esta propuesta es especialmente razonable si observamos la cantidad de guerras que hemos librado entre nosotros y que, las armas y la complejidad estratégica de los Homo sapiens era muy superior al resto de homínidos. Por ejemplo, los Neandertales no contaban con armas arrojadizas, mientras que los Homo sapiens sí. A pesar de tener cerebros más grandes que nosotros, los Neandertales contaban con desarrollos en otras áreas diferentes a las de los Homo sapiens, por lo que parece ser que podrían haber tenido problemas con la comunicación no verbal, lo que provocaría que tenderles una emboscada fuera más sencillo. Pero el material genético de Denisovanos en China nos muestra que, en lugar de la aniquilación, nuestros antepasados elegían la integración en una sola cultura. De hecho, lo más probable es que usted tampoco sea 100% pedigrí Homo sapiens. Excepto que pertenezca a una cerrada comunidad africana que nunca haya tenido intercambios genéticos con ningún otro pueblo, otra especie todavía vive en usted.
Genes: el amor de una madre
Cuando los primeros Homo sapiens salieron de África, se encontraron con los Neandertales en Europa, aquí nuevamente triunfó el amor y no la guerra. Más del 99% de los humanos modernos somos hijos de la unión de esos sapiens con aquellos Neandertales.
Relaciones filogenéticas entre diferentes grupos de homínidos. Notar los DNA Link, cruzamientos. |
Por si esto fuera poco, todos los humanos modernos presentamos pequeños fragmentos de ADN que fueron claramente el resultado de la unión con otros grupos de homínidos. La mayoría de los autores actuales cree que cuando logremos recuperar material genético de Homo erectus, el segundo homínido con mayor distribución global después de nosotros, seguramente descubramos que hubo cruzamientos ente nosotros y ellos también. Nuestros genes guardan toda la información de aquel amor que los homínidos sintieron por sus hijos.
Las razas humanas
Este tema es sumamente interesante. Piense el lector que, de cruzar un caballo con un burro podemos obtener una mula, que mezcla características de sus padres, pero que no es capaz de dejar descendencia fértil. En cambio, de Homo sapiens, Neandertales, Denisovanos y tal vez Homo erectus, no solo se puede realizar una cruza, sino que ésta es fértil y aquí estamos contando esta historia de romance entre especies. Si hay algún argumento que eche por tierra el concepto de razas dentro de los seres humanos es este cruzamiento, si alguna vez hubo razas de humanos tal vez esas fueron los otros homínidos. Hoy en día presentamos diferencias fenotípicas (de aspecto) entre regiones, pero las diferencias no son tan grandes como para separarnos en razas. De hecho, la globalización y el aumento en el número de humanos seguirán produciendo nuevos fenotipos y evitarán que nos dividamos en razas. Debemos saber apreciar la belleza de cada fenotipo, lo interesante de cada cultura y la importancia de cada tradición sean de un andino, un tibetano, un criollo o un Han.
En nuestras manos queda la conservación y el respeto por cada cultura, como así también el deber de compartirlas. Del intercambio de ideas y de la buena convivencia entre culturas que se comprenden entre sí, podremos pensar un futuro mejor para todos.
Torres, L. N. y Díaz, M. E. (8 de agosto de 2020). Primeros habitantes de la meseta tibetana-Qīnghǎi. China desde el Sur. https://www.chinadesdeelsur.com/2020/08/primeros-habitantes-de-la-meseta.html
南
Qué buena nota! La evolución humana es un tema muy interesante y es difícil conseguir notas de divulgación sobre el tema. Y siguen saliendo novedades al respecto!! (dejo esto por aquí...)
ResponderEliminarhttps://www.sciencemag.org/news/2020/10/dna-tracks-mysterious-denisovans-chinese-cave-just-modern-humans-arrived-nearby?utm_campaign=news_daily_2020-10-29&et_rid=678473669&et_cid=3538160
Saludos!!
Muchas gracias por compartir este artículo! Aún queda mucho por descubrir sobre la evolución humana, estaremos atentos para compartir más notas sobre la evolución humana en el continente asiático!
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