Napoleón Bonaparte (1769-1821) era un gran estratega, inventor de la doctrina militar artillera moderna, cambió por completo la forma de hacer la guerra. Transformó esas anticuadas marchas hacia el enemigo en violentos bombardeos de artillería que hasta hoy en día son parte importante de la guerra moderna. Pero también fue un político con gran agudeza para medir fuerzas. Él sabía que Francia es un país pequeño, sin demasiados recursos naturales ni capital humano, por lo que necesitaba de extensos territorios para poder alzarse como una nación fuerte. España y Gran Bretaña eran probablemente dos buenos ejemplos de naciones que habían colonizado extensos territorios de los que extraían su fortuna imperial.
Bonaparte planificando la conquista
Un día del año 1803, tan solo un año antes de ascender al trono, Bonaparte se encontraba con sus más allegados observando un mapa del mundo decidiendo el orden de conquista de los territorios. Debían conquistarlos en el orden correcto para lograr victorias aplastantes a la vez que no perdían fuerza frente a otras potencias. Luego de tomar decisiones sobre Prusia, Polonia y el Imperio ruso, Bonaparte señaló el siguiente país más al oeste, China y dijo:
“Ici repose un géant endormi, laissez le dormir, car quand il s'éveillera, il étonnera le monde"
"Aquí descansa un gigante dormido, déjenlo dormir, porque cuando despierte asombrará al mundo"
Algunas fuentes francesas indican que en lugar de gigante dijo león. Esta frase nos muestra la capacidad que tenía Bonaparte para medir fuerzas con otras naciones. No le temía a las naciones de Europa, no le temía al extenso Imperio ruso, pero China, China estaba más allá de las posibilidades de cualquier ejército.
Debido al fracaso de la campaña contra el Imperio ruso, generalmente se suele señalar que el temor de Bonaparte podría ser la distancia. Probablemente la distancia era un factor importante, nada más invadir Moscú, la capital del Imperio ruso, su gobierno sufrió un golpe de estado y debió volver sobre sus pasos a pesar del frío invierno. Pero si se hacía con el territorio ruso, en realidad su país se encontraría limítrofe a China. Probablemente lo que más asustaba a Bonaparte era el poderío económico que el Imperio 清 Qīng representaba. Por todos era conocido el fuerte desbalance comercial que China estaba causando en Europa. Bonaparte probablemente temiera que el día que los europeos no pudieran seguir comerciando, toda esa plata que acumulaba China podría pagar un ejercito que invadiera el Imperio ruso y todos los países de Europa con facilidad. El imperio más rico y poblado del mundo sería invencible y no sería él quien le pusiera en pie de guerra. Prefería que el gigante asiático siguiera dormido. Esta no sería la última vez que el estratega francés se pronunciara sobre China.
Un británico en China
En 1816 William Pitt Amherst (1773-1857) fue enviado en calidad de embajador británico extraordinario a China con el objetivo de establecer relaciones comerciales más satisfactorias. Al llegar a China, los intérpretes chinos le dejaron claro que no sería recibido por el emperador si no accedía a realizar el 叩头 kòu tóu, una ceremonia de respeto al emperador que consistía en arrodillarse e inclinarse hasta tocar el suelo con la frente. Amherst aceptó realizar el kòu tóu sólo si el emperador se comprometía a exigir que todos los chinos (el propio emperador incluido) realizaran el mismo acto frente a la corona británica y sus representantes. Como era de esperar los consejeros imperiales rechazaron este pedido. Amherst al igual que Macartney (1737-1806) había hecho en el año 1793 rechazó por tanto realizar el kòu tóu y por ello no pudo comparecer frente al emperador.
El exilio en Santa Elena
En su viaje de vuelta a Gran Bretaña, Amherst visitó la isla de Santa Elena para hablar con Bonaparte sobre diversos temas incluida su reciente visita a China. Luego de recibir el consentimiento del gobernador de la isla, pudo desembarcar en Santa Elena y hablar con el estratega francés.
Cuando hablaron de China, Amherst le dijo a Bonaparte que él creía que, solo llevando la guerra a las puertas de China, los gobernantes chinos entenderían que abrir las rutas comerciales internas del país sería bueno para ambas partes. Bonaparte no estuvo de acuerdo con el enfoque británico y comentó: “Dices que puedes utilizar la flota británica para asustar a los chinos y luego obligar a los funcionarios a acatar las normas europeas? ¡Increíble! ¿Qué ocurriría si con esto consigues estimular a una nación con una población de 200 millones a tomar las armas? ¿Lo has considerado? Luchar contra este vasto y rico imperio es la mayor estupidez del mundo. Puede que tengas éxito al principio. Tomarás tus barcos y destruirás con ellos sus instalaciones militares y comerciales de costa, pero también les harás comprender su propio poder. Comenzarán a planificar, construirán barcos y se equiparán con artillería. Contratarán artilleros asesores de Francia, Estados Unidos e incluso de Londres.” Amherst le replicó que “detrás de la fuerza superficial de China hay un gigante con pies de barro, que es en realidad muy débil”. Pero Bonaparte le respondió: “Cuando un león está dormido, incluso las moscas se atreven a posarse dentro de su boca y gritar”. Luego dijo su famosa frase:
"Quand la Chine s'éveillera, le monde tremblera."
“Cuando China se despierte, el mundo temblará.
La pesadilla de Bonaparte se hace realidad
Es realmente impresionante lo acertado que fue Bonaparte; su narración parece más una lectura de la historia de fines del siglo XIX hasta fines del siglo XX. En efecto, los barcos británicos (y sus aliados) llegaron a China, en efecto destruyeron sus instalaciones militares y establecieron las reglas de comercio que desearon, estas fueron las Guerras del Opio, donde Gran Bretaña se adueñó de la ciudad costera de 香港 Xiāng gǎng (Hong Kong). Por supuesto los chinos empezaron a planificar y a construir su armamento. Durante la Segunda Guerra, un país arrasado por las guerras luchó y ganó por sus propios medios y expulsó de sus tierras a los invasores. Luego invitó a expertos de todo el mundo, de los que aprendieron no solo a hacer la guerra moderna sino a diseñarlo y fabricarlo todo.
自力更生 zì lì gēng shēng, autosuficiencia |
En 1996, un año antes de que Gran Bretaña regresara Xiāng gǎng a China, el expresidente 邓小平 Dèng Xiǎopíng dijo:
“我们的立足点独立自主,自力更生是.”
“Wǒ men de lì zú diǎn dú lì zì zhǔ, zì lì gēng shēng shì.”
“Nuestro punto de apoyo son la independencia y la autosuficiencia.”
Esta frase fue inmortalizada en una caricatura de la época en la que un león chino abre mucho los ojos y observa cómo los que le molestaban gritan y corren despavoridos, una clara referencia a las predicciones del estratega francés.
Bonaparte sólo se equivocó en un aspecto sobre China, el león despierto no tiene intención de usar su poder para invadirlo todo con sus ejércitos. Como dijo el presidente de China 习近平 Xí Jìnpíng en 2014:
“这头狮子已经醒了,但这是一只平的,可亲的,文明的狮子.”
“Zhè tóu shī zi yǐ jīng xǐng le, dàn zhè shì yī zhǐ píng de, kě qīn de, wén míng de shī zi.”
“Este león ya ha despertado, pero es un león pacífico, amable y civilizado.”
Serie: las Guerras del Opio
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Torres, L. N. y Díaz, M. E. (3 de agosto de 2020). El león dormido. China desde el Sur. https://www.chinadesdeelsur.com/2020/08/el-leon-dormido.html
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