Al actuar de un modo moralmente incorrecto que transgreda normas escritas o no escritas es común y saludable experimentar vergüenza al ser conocido nuestro acto por otros. Por eso solemos decir, en tono de reproche: "¡No tiene vergüenza!" La sociedad en la cual se vive puede contribuir a reforzar este sentimiento, en bien de todos, o también a relajarlo, perjudicando el vínculo social. No se trata del mismo concepto de culpa, que tiene un sentido dirigido a Dios o a la propia conciencia, si bien en cierto sentido se trata de sentimientos emparentados.
Como puede ser pensada como un elemento social posibilitador de la moral, la vergüenza aparece tematizada en las teorías éticas desde la Antigüedad, y la encontramos en China y Grecia antiguas. Por cierto, solo nos referimos al sentimiento de pesar y humillación que surge al hacerse público el mal obrar y no a la timidez, como si nos avergonzara hablar frente a un auditorio.
¿Un antecedente protagórico?
Prometheus (1762) de Nicolas Sébastien Adam |
En el diálogo Protágoras 320c-322d se narra, en boca del sofista, el mito de Prometeo y Epimeteo. Estos fueron encomendados por los dioses para repartir las diferentes habilidades y recursos de los seres vivos para su supervivencia. Epimeteo se encarga de la distribución y Prometeo de supervisar su tarea. Pero Epimeteo tenía un conjunto limitado de ventajas para ofrecer y no fue prudente al repartirlas. Les otorgó a los animales recursos como pieles gruesas para protegerse del frío, dientes agudos para desgarrar la carne, capacidad para volar o esconderse si no eran fuertes, y cuando llegó el turno de los seres humanos se había quedado sin habilidades para ofrecer.
Prometeo, al ver que la humanidad no iba a poder sobrevivir, le robó a Hefesto y Atenea el fuego y la capacidad técnica, pero no pudo hacer lo mismo con el arte político, pues este estaba custodiado por Zeus. Los seres humanos prosperaron gracias al desarrollo de las técnicas, pero no podían formar comunidades políticas, puesto que al reunirse disputaban entre sí. Zeus, entonces, se compadeció de los seres humanos y le otorgó a Prometeo, para que los distribuyera, el sentido de la vergüenza y el de la justicia, el cual debía ser otorgado a todos.
Por medio de este mito, el personaje de Protágoras justifica la capacidad política del conjunto de los seres humanos, lo cual legitima la participación democrática. Incluso por fuera de la democracia griega, podemos pensar que tener sentido de vergüenza y justicia es condición de posibilidad de la vida social.
El rol de la vergüenza en el pensamiento aristotélico
Para Aristóteles, nacemos con la capacidad de aprender conocimientos tanto teóricos como prácticos. El conocimiento es la tarea de nuestra vida y la paidéia, educación, juega un rol fundamental en la actualización de esta capacidad humana.
Al final del libro IV de la Ética Nicomaquea, Aristóteles niega que la vergüenza sea una virtud, pero que es una afección apropiada cuando se comete una acción moralmente mala. Considera que la vergüenza es ventajosa para los jóvenes, que cometen errores muchas veces y que aprenden a controlarse a sí mismos con el aporte de esta. A medida que se madura, la vergüenza ya no es considerada ventajosa, porque debería directamente evitarse cometer los actos vergonzosos.
En Retórica II 6.1 y 6.2, Aristóteles realiza un profundo análisis de la vergüenza y su importante rol social. Define allí la vergüenza como "un cierto pesar o turbación relativos a aquellos vicios presentes, pasados o futuros, cuya presencia acarrea una pérdida de reputación". Proporciona muchos ejemplos que incluso hoy son entendibles: aprovecharse de los débiles o fallecidos para conseguir ganancias, adular, no ayudar a alguien que lo necesita cuando se puede hacerlo, pedir ayuda económica a quienes están en peor posición que nosotros, no soportar trabajos que los ancianos son capaces de aguantar. Agrega que la vergüenza implica un reconocimiento de la importancia de la opinión de quien nos observa, y a partir de esto entendemos las ventajas de reforzar los vínculos sociales.
Vergüenza y honor en la filosofía de 荀子 Xúnzǐ
Como para el gran filósofo confucianista 荀子 Xúnzǐ nacemos con una tendencia egoísta y en cierto sentido malvada, la educación juega un rol crucial a lo largo de toda la vida. En el primer libro de su obra, que como ocurre en muchas otras del período se conoce con el mismo nombre del autor, entiende que el honor y la humillación tienen su origen en la disposición moral.
物类之起,必有所始。荣辱之来,必象其德。肉腐出虫,鱼枯生蠹。怠慢忘身,祸灾乃作。
Wù lèi zhī qǐ, bì yǒu suǒ shǐ. Róng rǔ zhī lái, bì xiàng qí dé. Ròu fǔ chū chóng, yú kū shēng dù. Dài màn wàng shēn, huò zāi nǎi zuò.
El surgimiento de cada tipo de cosa tiene necesariamente un origen. El honor y la humillación vienen de la disposición moral (德 dé). De la carne podrida salen larvas, del pescado seco nacen gusanos. Al ser descuidado y negligente consigo mismo, la calamidad y el desastre se producen.
强自取柱,柔自取束。邪秽在身,怨之所构。施薪若一,火就燥也,平地若一,水就湿也。
Qiáng zì qǔ zhù, róu zì qǔ shù. Xié huì zài shēn, yuàn zhī suǒ gòu. Shī xīn ruò yī, huǒ jiù zào yě, píng dì ruò yī, shuǐ jiù shī yě.
La dureza conlleva la ruptura, la blandura conlleva el doblarse. Los que son malvados y deshonestos provocan descontento. Cuando se dispone la leña toda junta, el fuego surge en la que está seca. Cuando un terreno está nivelado, el agua fluye a lo húmedo.
草木畴生,禽兽群焉,物各从其类也。
Cǎo mù chóu shēng, qín shòu qún yān, wù gè cóng qí lèi yě.
Las plantas y los árboles brotan juntos en los campos, las aves y las bestias forman manadas, cada cosa se junta con lo de su propia clase.
Vemos, entonces, que 荀子 Xúnzǐ afirma que el honor nace de la integridad moral, mientras que los malvados son humillados. Si pensamos que podríamos fácilmente refutarlo mostrando personas honestas que no son honradas, hay que entender qué es lo que el filósofo entiende como 耻 chǐ "vergüenza", introduciendo así el concepto de vergüenza de sí:
士君子之所能不能为:君子能为可贵,而不能使人必贵己;能为可信,而不能使人必信己;能为可用,而不能使人必用己。
Shì jūn zǐ zhī suǒ néng bù néng wéi: Jūn zǐ néng wéi kě guì, ér bù néng shǐ rén bì guì jǐ; néng wéi kě xìn, ér bù néng shǐ rén bì xìn jǐ; néng wéi kě yòng, ér bù néng shǐ rén bì yòng jǐ.
Hay cosas que los eruditos y los sabios pueden hacer y que no pueden hacer. El sabio puede hacer lo que es honorable, pero no puede hacer que otras personas necesariamente lo honren; puede hacer lo que es confiable, pero no puede hacer que otras personas confíen en él; puede hacerse útil, pero no puede hacer que otras personas lo empleen.
故君子耻不修,不耻见污;耻不信,不耻不见信;耻不能,不耻不见用。
Gù jūn zǐ chǐ bù xiū, bù chǐ jiàn wū; chǐ bù xìn, bù chǐ bù jiàn xìn; chǐ bù néng, bù chǐ bù jiàn yòng.
Por esto el sabio se avergüenza de no mejorarse a sí mismo, pero no se avergüenza de que consideren que es deshonesto; se avergüenza de no ser confiable, pero no se avergüenza de no ser considerado confiable; se avergüenza de no ser útil, pero no se avergüenza de no ser considerado útil.
是以不诱于誉,不恐于诽,率道而行,端然正己,不为物倾侧:夫是之谓诚君子。
Shì yǐ bù yòu yú yù, bù kǒng yú fěi, lǜ dào ér xíng, duān rán zhèng jǐ, bù wéi wù qīng cè: Fū shì zhī wèi chéng jūn zǐ.
Por esto no es seducido por los halagos ni teme ser calumniado. Se guía por el dào para actuar, buscando con ahínco rectificarse a sí mismo, y no se inclina ni tiende a otras cosas. Por eso se puede decir que es verdaderamente un sabio.
《诗》云:“温温恭人,维德之基。”此之谓也。
“Shī” yún:“Wēn wēn gōng rén, wéi dé zhī jī.” Cǐ zhī wèi yě.
El Clásico de la poesía dice: "Las personas gentiles y respetables solo poseen como base la integridad moral." Estas son sus palabras. (荀子 Xúnzǐ 6.14)
Vemos así que en ambos filósofos la vergüenza cumple un rol destacado para la adquisición de la integridad moral. En el caso de 荀子 Xúnzǐ desempeña un papel más importante que en la ética aristotélica, ya que la extiende a conductas positivas. Así, no solo consideraba que hay que avergonzarse de cometer malas acciones sino también en no dedicar la vida a volvernos mejores personas.
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